Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on TwitterShare on LinkedInEmail this to someone

El domicilio es el lugar en el que una persona debe sentirse más segura y tranquila, pero la presencia de vecinos molestos puede hacer que la vuelta a casa después de la jornada laboral se convierta en una pesadilla.

Los conflictos vecinales están a la orden del día en muchas comunidades de propietarios. En aquellos casos en los que el problema sea especialmente grave, se puede intentar expulsar al vecino molesto de la comunidad.

¿En qué casos se puede expulsar a un vecino?

La expulsión solo puede darse por decisión judicial. La jurisprudencia actual estima que, para poder adoptar esta medida, debe haber una situación que sea insoportable para el resto de los vecinos.

Es necesario que el vecino realice actividades prohibidas expresamente por la Ley de Propiedad Horizontal o los estatutos comunitarios. Los ejemplos más habituales son escuchar música con un volumen muy alto, dar golpes, realizar actividades ilícitas en la vivienda o dañar las zonas comunes.

También se exige que dichas conductas se den de forma reiterada y que no haya sido posible solucionar el conflicto de otra manera.

Se trata, por tanto, de una media extraordinaria que solo se tomará en casos muy determinados. Esto se debe a que implica echar a una persona de su propia casa e impedirle vivir en la misma durante un determinado período de tiempo.

Pasos para conseguir la expulsión del vecino

La Ley de Propiedad Horizontal establece que no se pueden desarrollar actividades prohibidas en los estatutos tanto en viviendas como en locales o en las zonas comunes. Suele tratarse de actividades que causan daños a la propia finca o que resultan insalubres, molestas, peligrosas, ilícitas o nocivas para los vecinos.

Cualquier vecino que tenga conocimiento de este tipo de actividades debe ponerlo en conocimiento del presidente de la comunidad que, a su vez, avisará al administrador de fincas si lo hubiera.

Se requerirá al vecino de que cese en su actividad bajo apercibimiento de tomar medidas legales si no lo hace.

Si está de alquiler, se informará del problema al propietario del inmueble para que sea él el que tome medidas para solucionar el conflicto. Si su arrendatario no le hace caso, puede acudir a la vía judicial a pedir la extinción del contrato de arrendamiento.

En caso de que la persona que está causando molestias no deponga su actitud o no recoja las notificaciones, la junta de vecinos puede acordar iniciar la acción de cesación.

El proceso judicial tiene como objetivo que el vecino molesto sea condenado judicialmente a poner fin a la actividad molesta.

Cuando el vecino en conflicto está alquilado, la sentencia que resuelva sobre la acción de cesación puede declarar extinguido el arrendamiento y el inmediato lanzamiento de la finca.

Se puede, así mismo, solicitar una indemnización por los daños y perjuicios causados.  Es bastante habitual en el caso de locales comerciales, que bien no cumplen con los horarios, o con los ruidos.  Pudiendo darse el caso, de que aún cumpliendo con la normativa de ruidos, esté tan en el límite y las molestias sean tan claras, que lleven a una Sentencia estimatoria.

De forma excepcional y solo en los casos más graves, si el vecino molesto es el propietario del inmueble, se podrá acordar su expulsión de la vivienda si no cumple la sentencia.

Está claro que expulsar a un vecino de su casa no es sencillo, por muy molesto que este resulte para la comunidad, pero se puede conseguir. ¿Tienes problemas con vecinos conflictivos? Podemos ayudarte a solucionarlos.

imagen