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El concepto «tarjeta revolving» es, para muchos, indicativo de una de las grandes estafas de los últimos tiempos. Pero lo cierto es que esta nefasta práctica puede enmendarse ante los tribunales. Para ello basta con iniciar una acción de reclamación de la mano de un civilista solvente. Pero ¿cómo funciona exactamente esta estafa y cómo puede reclamarse?

Las tarjetas revolving: usura en soporte de plástico

Las tarjetas de crédito se caracterizan por anticipar liquidez para hacer frente a gastos. Por tanto, son instrumentos financieros que el usuario puede utilizar como pequeños préstamos automáticos.

Por supuesto, como ocurre con cualquier crédito, el anticipo tiene un coste. Este se cobra en forma de comisiones y, principalmente, intereses. El problema de las tarjetas revolving es que los intereses que aplican suelen superar el 20 % TAE. Como se comprenderá con facilidad, un interés tan elevado puede considerarse abusivo.

Pero, además de estos elevados intereses, las tarjetas revolving tienen una diferencia respecto a las de crédito: el usuario devuelve el dinero dispuesto no a la fecha de liquidación sino progresivamente, mediante cuotas.

Técnicamente, nada impide que el usuario de una tarjeta revolving devuelva su deuda a mes vencido, como haría con una tarjeta de crédito tradicional. Sin embargo, los bancos suelen ocultar esta posibilidad, pues al realizar un pago a cuotas los intereses van alargándose, lo que resulta más lucrativo al banco.

El resultado de esta práctica es que el cliente piensa que tiene una tarjeta de crédito con la que devuelve su deuda cómodamente. Pero lo que en realidad ha contratado es una deuda que irá retroalimentándose, haciéndose, en ocasiones, impagable.

Cómo reclamar las tarjetas revolving

Aunque mucha gente piensa que la usura es cosa del pasado (y así debería ser), lo cierto es que se trata de una práctica muy presente en nuestros días. Por eso, para reclamar este tipo de tarjetas hay que echar mano de una ley con mucha solera.

En 1908 entró en vigor una ley que permanece vigente en nuestros días: se trata de la ley de usura, norma que prohíbe los préstamos usurarios. Pero también involucra a operaciones equivalentes a tales préstamos, como puede ser la contratación de una tarjeta de crédito.

Por tanto, nada impide ampararse en esta ley para solicitar:

– La nulidad del contrato de una tarjeta revolving.

– La devolución de todo lo que se ha pagado por encima de las cantidades dispuestas, no solo lo intereses, sino también las comisiones, las cuotas de seguro, cuotas de renovación de tarjeta, etc.

¿Puede recuperarse el dinero perdido con una revolving?

En base a esta solución, numerosos juzgados han dado la razón a los clientes. Mediante sus sentencias han extinguido un gran volumen de contratos revolving, devolviendo al consumidor el dinero perdido.

Estos pronunciamientos se han consolidado en la doctrina y la jurisprudencia. Por tanto, actualmente es fácil que un abogado civilista competente recupere el dinero de un cliente afectado.

La reclamación de un crédito revolving debe hacerse:

– Extrajudicialmente, ante el Servicio de Atención al Cliente (SAC).

– En caso de ser desatendido, judicialmente, ante el Juzgado de nuestro domicilio.

En definitiva, las víctimas de esta moderna estafa deberían contactar con un abogado especializado para reclamar. En Viso Abogados brindamos asesoramiento especializado, gracias al cual nuestros clientes consiguen recuperar su dinero. Contáctenos.

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