Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on TwitterShare on LinkedInEmail this to someone

Los ficheros de morosos no han sido creados como medida de presión, pero las empresas lo están utilizando de cara a reclamar las deudas. Si los datos personales han ido a parar a algunos de los registros que operan en España, va a ser bastante difícil (o imposible) que el dueño de esos datos contrate ciertos productos básicos, como préstamos bancarios, suministros esenciales (luz o telefonía), así como tener una tarjeta bancaria.

Ficheros de morosos

En España hay diferentes registros de morosos, pero los más conocidos son:

ASNEF: Gestionado por la empresa Equifax, es uno de los más populares y está dividido en tres partes. En primer lugar, está ASNEF Particulares, donde figuran personas que han contraído deudas con compañías principalmente de suministros y telecomunicaciones, así como entidades bancarias.

En segundo lugar, está ASNEF Empresas, donde se recogen las deudas de empresas y autónomos. Por último, ASNEF Deudas Públicas contiene la información de deudas publicadas en los Boletines Oficiales.

-BADEXCUG EXPERIAN: de funcionamiento similar al anterior.

Cómo se entra y cómo se sale de ellos

Para que los datos de una persona acaben en uno de estos registros, se ha de cumplir una serie de requisitos. Dichos requisitos han sido modificados ligeramente desde la aparición de la nueva GDPR. Por ejemplo, mientras que antes no había ninguna cantidad mínima para ingresar, ahora exigen que la deuda no sea inferior a 50 euros.

Además, dicha información solo puede ser suministrada por el acreedor, demostrando que se tiene una deuda con él. Por supuesto, esta tiene que estar vencida e impagada, y ser cierta y exigible. Además, no puede estar en trámites de reclamación mediante otros procedimientos, como la vía judicial o el arbitraje de consumo.

Por otra parte, al cliente se le debe notificar fehacientemente la inclusión en el fichero tras producirse el impago. También hay un plazo máximo de permanencia en los registros, que es de cinco años a partir de la fecha en que haya vencido el pago.

Dejar de aparecer en un fichero

Se pueden realizar varias acciones para dejar de formar parte de cualquier fichero. Por ejemplo, saldar la deuda. Pero sin esperar a que la empresa deudora se encargue de borrar los datos, lo mejor es que el afectado acuda directamente al titular del fichero, con su DNI y acreditando el pago.

Si se piensa que es una deuda injusta, se puede reclamar vía administrativa o judicial, ya que la ley no permite que los ficheros de morosos registren una deuda que está siendo investigada.

En numerosas ocasiones, los errores de las empresas hacen que pongan la etiqueta de moroso cuando ni siquiera existe deuda alguna. En estos casos, se debe informar al titular del fichero, que tiene entre uno y dos meses para responder. En el caso de que no lo haga, se puede denunciar ante la Agencia Española de Protección de Datos.

Pero además, si la inclusión es indebida, podrás reclamar por daños y perjuicios por la misma, al afectar al honor.  La indemnización reconocida por los Juzgados y el Tribunal Supremo puede llegar a los 10.000€.

En conclusión, entrar en un registro de morosos es bastante fácil, así como difícil es salir de allí. La buena noticia es que se puede. Si tienes alguna duda puedes consultar aquí. ¡Te ayudaremos!

imagen